Tras el paso de los años y de muchos usos, el comedero (ya os hemos contado cuál elegimos en otra entrada) que tenemos se encontraba estropeado. El problema que presentaba era que al colocarse el ave encima de las barras que permiten que nuestro comedero se abra, la compuerta no se abría y, por tanto, nuestros animales no podían comer. Esto era un riesgo, porque en este tipo de comederos podemos almacenar comida para que tengan alimento durante unos días y despreocuparnos.
Para solucionar esta avería nos dispusimos a comprobar cuál era el problema que producía que nuestro equipo no funcionara bien. El muelle que permite que la puerta no se quede abierta estaba deteriorado, lo que producía que la puerta exigiera una mayor presión a uno de los lados, haciendo que rozara. Por lo tanto, teníamos el muelle estropeado y la puerta rozaba y no se abría.
Una vez que ya conocíamos cuál era el problema nos decidimos a solucionarlo. Buscamos un muelle similar en la web y por desgracia no lo encontramos ni uno similar. Preguntamos al fabricante del equipo si disponía de ese componente, pero no obtuvimos respuesta por su parte.
Y llegados a este momento pensaréis cómo solucionamos el problema si no teníamos un recambio que colocar. Buscamos por diversas ferreterías un muelle de aspecto, tamaño y dureza similar y una vez encontrado el perfecto nos dispusimos a colocarlo. Tuvimos suerte y conseguimos que el componente que encontramos, a pesar de no ser el aportado por el fabricante, nos sirviera para reparar nuestro equipo.
Para solucionar el otro problema lo que hicimos fue doblar un poco el lado de la puerta que estaba caída y rozaba para que no nos pasara. Lo cierto es que la puerta estaba algo estropeada y es una solución poco profesional pero es algo que nos solventó el problema. Quizás lo correcto hubiera sido que desmontáramos la puerta, reparar la zona estropeada y ajustar todo, pero en mi opinión, lo más sencillo era realizar lo que indicamos anteriormente.
Otro problema que teníamos es que la varilla de la tapa por la que nosotros poníamos pienso se salía cada cierto tempo y teníamos que estar colocándola. Para ello, retiramos la antigua y colocamos una varilla roscada. La cortamos a la medida que necesitamos y con 4 tuercas de su diámetro pusimos dos por el interior y dos por el exterior para que así al apretarlas quedaran bien fuertes, colocamos la tapa y apretamos. Mostramos imágenes a continuación del resultado final.
Los materiales que yo he utilizado son: muelle de repuesto, varilla roscada. Las herramientas que he utilizado las muestro en la siguiente imagen.
Es importante engrasar bien las zonas que pueden llegar a tener desgaste por su uso y con especial atención tras el lavado rutinario del comedero, para que así nuestro equipo nos siga funcionando muchos años. El engrase que se puede utilizar puede ser de manera sólida o en spray. Un consejo es usar grasa para engranajes y rodamientos (aparece en la imagen anterior como un bote con tapa) para la zona donde hace juego la apertura de la puerta donde las gallinas comen.
Este tipo de grasa no se evapora cuando pasa cierto tiempo y nos ayuda a evitar el deterioro prematuro de las piezas. Como vemos en la imagen anterior la falta de lubricación y el deterioro del muelle de apertura han provocado que nuestra puerta tenga una rotura que por el momento tras la reparación no se incrementa.
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